Jorge Arias: un joven emprendedor
Escribe: Javier Lozano Gamiño
Tuve la oportunidad de conocer a Jorge Arias, un joven inquieto que le mueve naturalmente la efervescencia que se desata por salir adelante a través de la búsqueda de diversas actividades emprendedoras; eso, quizá fue suficiente para dedicarle algunos fragmentos que me resultaron sorprendentes por la forma en que se originó el entorno a incentivar un esquema de sobrevivencia, pero de igual manera, por las cualidades extrínsecas que se desarrollan por esa capacidad que poseen algunas personas por los negocios.
El escenario no pudo ser más perfecto; la tribuna que captó la interlocución de esta temática, se dio bajo la premisa que proliferó por el intercambio de algunos puntos de vista en el proceso electoral del 2021; ahí, coincidimos que la política pública en Michoacán, sorpresivamente estaba atravesando por una crisis de identidad, sobre todo, porque en teoría, se había concentrado un gobierno de izquierda que atendería las demandas sociales. Quizá, eso ayudo a explicar la necesidad de buscar algunas otras fuentes de ingreso que permitiera ampliar el panorama económico por la crisis que actualmente vive nuestro territorio en materia laboral.
De ahí, —fluyó la narrativa explicita de Jorge, y todo ese bagaje que ha tenido que atravesar a fin de poder: consolidarse como un emprendedor productivo en el rubro gastronómico. Para ello, fue necesario realizar una introspección minuciosa que transitó por la combinación de muchos elementos que en su momento permearon negativamente. Jorge, mantuvo una constante que puede explicar ese detonante que hoy por hoy resulta sustancial; por ello, es medular buscar el motor de inspiración que recolectamos a través de la interlocución que ilustró su motivación por continuar adelante. Jorge, inicio su experiencia en las ventas desde muy joven. El comienzo a favorecer la fase de construcción de esta actividad, nació por medio del cambaceo de productos lácteos; posteriormente, ese estimulo lo fue encauzando a seguir en la oferta de la ropa, asimismo, coincidió en esa dinámica, cuando incursiono en la demanda de perfumes, entre otros.
El resultado de esa travesía, fue la piedra angular a decidir aventurarse al rubro de la gastronomía. Ahí, reconoció Jorge qué en dirección a iniciar en esta actividad, comenzó realizando tareas de limpieza; para seguir definiendo ese futuro, tuvo que fungir diversos cometidos y roles que fueron escalando hasta conquistar la idea de estructurar su propio comercio. Un motivo, fue la decisión de emprender una cooperación entre algunas personas para incentivar y fortalecer el tema financiero; —algunos decidieron abandonar el negocio, pero Jorge no claudicó a retomar diversos mecanismos y estrategias para materializar su particular Restaurante. La franquicia de Kyoto constituyo el despunte cuando adquirió una extensión de comida japonesa.
Esa muestra de lucha y sobrevivencia— fue trascendental a ofrecerle mi narrativa y algunos fragmentos que sean de utilidad para enfrentar los nuevos retos que conllevan el eje principal de una propuesta de esta envergadura. No dude ni un segundo en brindarle mi apoyo, porque Michoacán, ha sido epicentro de varios personajes que día con día, tratan de mejorar claramente una concepción de la percepción que genera un quehacer personal. Asimismo, la sensibilidad de estos negocios, cubren las necesidades de muchas personas que dependen en gran medida de los ingresos que adquieren por su mano de obra del restáurate. Para ello, resalté la inserción factible que les brinda a un número grupo de jóvenes que buscan oportunidades en el marcado laboral.
Lo menos, hubiera sido concluir en resaltar la proyección de un negocio de comida Japonesa; pero lo que más pondero, fue esa historia que paulatinamente tuvo el hallazgo de localizar las oportunidades de empleo. Eso, emerge de la mezcla de dos cosas sustanciales: la tenacidad por identificar el sendero laboral y económico, pero de igual forma, de brindar las coyunturas de crecimiento personal y colectivo. Esos elementos, no me impidieron buscar y encontrar las palabras correctas para felicitar a un joven que intensamente mantuvo una lucha irrestricta que fue dotada por los atributos naturales que se combinan al manifestarse las ganas por transformar; esas cualidades personales de Jorge, dependieron a otorgar un proyecto que ahora rinde frutos.
En ocasiones, siempre es reconfortante es ayudar a los amigos cuando más lo requieren. Desde esta plataforma, me motivé a imprimir una lingüística que empujara mejores condiciones de afluencia para que los negocios que son 100% morelianos se fortalezcan y tengan una remuneración afín a las necesidades. El restaurante de Jorge lo puede encontrar en Avenida Siervo de la Nación N° 365; su nombre es Kyoto y ofrece un abanico de alimentos orientales que verdaderamente valen la pena probar.
La columna, la realice con el mayor de los ánimos de que a los amigos, sigan destacando a través de esa visión emprendedora. En hora buena Jorge— te felicito por haber compartido esta noble historia de vida. Fue realmente de mucho aprendizaje. Yo la capté, y me motivó a fijar no solamente unos fragmentos que puedan ser útiles para incrementar sus ventas, sino, a sentir esa empatía humanista de una historia que realmente toca las fibras más sensibles de los seres humanos.